La vuelta de Martín Fierro (XXIX)
Canto (XXIX)
¿Es una casualidad la que lleva al moreno a arrimarse a este ‘fogón’ como se sugiere en el canto XXIX?
Mas una casualidá,
como que nunca anda lejos,
entre tanta gente blancal
levó también a un moreno,
presumido de cantor
y que se tenía por bueno.
Encontramos aquí, luego de las redondillas de Picardía, un nuevo cambio de estrofas, pues se retoma el romance, utilizado habitualmente por Hernández para pasajes de carácter descriptivo. La voz en este canto la toma un narrador lírico, ajeno a cualquier identidad, y que ya hemos conocido en otras ocasiones.
El moreno presume de buen cantor y sólo en sus gestos se adivina una actitud desafiante.
Y, como quien no hace nada,
o se descuida de intento,
pues, siempre es muy conocido
todo aquel que busca pleito,
se sentó con toda calma
echó mano al estrumento
y ya le pegó un rajido.
En la reunión todos comprenden que Martín Fierro se enfrenta a un contrincante y que lo debe vencer en la forma de una payada conocida como ‘contrapunto’.
Tomó Fierro la guitarra,
pues siempre se halla dispuesto
y ansí cantaron los dos
en medio de un gran silencio.