La sociedad feudal señores y campesinos

Durante la Edad Media se conforma un sistema político, económico y social llamado feudalismo. La sociedad feudal estaba constituida por estamentos diferenciados: los nobles, que combatían; los religiosos, que rezaban y; los campesinos, que trabajaban para todos. La pertenencia a un estamento, o sector social, se definía por el nacimiento, y por lo tanto, era inmodificable.

Orator, bellator et laborator (clérigo, guerrero y labrador); o sea, los tres órdenes medievales.

La nobleza feudal se dividía en señores y vasallos, cuya cabeza en el rey. Los grandes vasallos tenían extensos feudos, es decir, tierras trabajadas por campesinos, sobre las cuales ejercían su autoridad.

En la Edad Media, la gran base de la sociedad fueron esos campesinos, que estaban obligados a pagar impuestos y trabajar para mantener al clero y a los señores. Sin embargo, no todos los campesinos tenían la misma categoría: unos eran campesinos libres y otros eran siervos.

Faenas agrícolas del mes de junio, ilustración de Las muy ricas horas del Duque de Berry (1411–1416). Fenómenos tradicionales y de larga duración, como la necesidad de murallas, lo rudimentario de las técnicas y la explotación de los campesinos se contraponen a fenómenos nuevos y dinámicos, como el crecimiento de la ciudad y su atrevida arquitectura, que no obstante se siguen basando en la extracción y distribución del excedente productivo del campo. Aún queda mucho para culminar la transición del feudalismo al capitalismo.

Los campesinos libres se clasificaban en colonos y villanos. Los colonos arrendaban al Señor feudal una pequeña parcela de tierra, mientras que los villanos eran pequeños propietarios que vivían en aldeas o villas del fruto de sus propias tierras.

En esta época, la mayor parte de los campesinos eran siervos. Estos descendían en su mayoría de los antiguos esclavos. La servidumbre era hereditaria: un siervo pertenecía por nacimiento al patrimonio de su señor y jamás podía abandonar su feudo. Su amo disponía de su persona, de su trabajo y de sus bienes.

Algunos siervos realizaban trabajos domésticos y eran mantenidos en la vivienda de su amo o en algunos de sus granjas. Otros, en cambio, cultivaban las tierras del señor, tenían su propia casa, subsistían con el producto de su propio trabajo y, de ser necesario, podían vender lo que sobraba de su cosecha.

La mayoría de los campesinos se encontraba en una situación de pobreza y explotación. Las familias vivían en una choza de una sola habitación, en la que había una mesa, algunos bancos y colchones de paja y, a la vez, era un establo para las animales que poseía la familia.

Serie La Edad Media, entre el señorío y la ciudad

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