El Matadero
Leer y escribir en las clases de historia en la escuela secundaria
De acuerdo con Daniel Molina, “El libro murió, pero persiste como un zombi”. Según este crítico cultural, atravesamos una época signada por el comienzo una nueva forma de leer.
¿Qué implicaba un libro? Un mundo cerrado. Con un principio y un fin. Un mundo completo entre dos tapas. Por cierto, ya en el libro había un anuncio de esa otra forma de leer: la intertextualidad, que permitía leer entre libros, conectar mundos diversos, sospechar que quizás el universo estaba abierto. Pero para que la intertextualidad funcionara era necesario una mínima (no tan mínima) erudición. No cualquiera era capaz de abrir un libro y saber conectarlo con otros.
En la misma nota en que Daniel Molina nos advierte que leer un libro, entendido como un mundo cerrado, se ha transformado en una actividad obsoleta, también nos invita a reflexionar sobre qué es, entonces, leer hoy:
Conectamos fragmentos. Leer, ahora, es una sucesión de conexiones inconexas. Pasamos de un texto a un video, de un MP3 a una imagen: sin solución de continuidad.
El Matadero
Realicemos,entonces, una sucesión de conexiones inconexas, y escuchemos cómo se interpreta en un audiolibro, el clásico de Esteban Echeverría:
Para leer El Matadero
En general, la crítica cultural y literaria, enfatiza la fuerte denuncia que E. Echeverría realiza del régimen rosista. Una interpretación, acertada, por cierto, pero que no debe obliterar otras lecturas laterales: para el escritor argentino Alberto Laiseca, por ejemplo,
“ No se puede hablar de El matadero, de Echeverría, sin referirse también a la tragedia de los negros (y principalmente las negras) en la República Argentina.”
Cambios y continuidades
Si hay algo que ocupa a los docentes de Historia y Ciencias Sociales es enseñar a pensar la disciplina en términos de cambios y continuidades protagonizados por los sujetos sociales en conflicto por la apropiación y valoración de la riqueza generada por la sociedad.
En el episodio 5 de la temporada 3 del programa “Filosofía aquí y ahora”, el filósofo José Pablo Feinmann nos invita a pensar estos cambios y continuidades de la violenta historia argentina en tres momentos literarios destacados que hacen a la construcción identitaria de nuestro país:
- El Matadero (del que ya nos hemos ocupado)
- El poema La Refalosa de Hilario Ascasubi:
¡Que jarana! nos reímos de buena gana y muy mucho, de ver que hasta les da chucho; y entonces lo desatamos y soltamos; y lo sabemos parar para verlo refalar ¡en la sangre! hasta que le da un calambre y se cai a patalear, y a temblar muy fiero, hasta que se estira el salvaje; y, lo que espira, le sacamos una lonja que apreciamos el sobarla, y de manera gastarla. De ahí se le cortan orejas, barba, patilla y cejas; y pelao lo dejamos arrumbao, para que engorde algún chancho, o carancho.
3. El cuento La fiesta del monstruo de H. Bustos Domecq (seudónimo de la escritura a cuatro manos de A. Bioy Casares y J.L. Borges)
“ Fue desopilante; el jude se puso de rodillas y miró al cielo y rezó como ausente en su media lengua. Cuando sonaron las campanas de Monserrat se cayó, porque estaba muerto. Nosotros nos desfogamos un rato más, con pedradas que ya no le dolían. Te lo juro, Nelly, pusimos el cadáver hecho una lástima.”
Por cierto, la nota completa de Daniel Molina se llama “El fin del libro y el comienzo de una nueva forma de leer” y la podemos leer aquí en Medium.com
El poema La Refalosa se puede leer completo en http://www.oei.org.ar/edumedia/pdfs/T11_Docu4_Ascasubi.pdf
El cuento La fiesta del monstruo puede leerse en
http://www.iusam.edu.ar/wp-content/uploads/2016/06/La-fiesta-del-monstruo-Borges-y-Bioy-Casares.pdf