El gaucho Martín Fierro (VII)

Gonzalo Darrigrand
3 min readOct 15, 2022

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Canto (VII)

El retrato que Hernández nos ofrece de Fierro en los cantos VII y VIII es el de un hombre movido por sus impulsos más elementales.

“«A los blancos hizo Dios, »a los mulatos San Pedro, »a los negros hizo el diablo »para tizón del infierno».”

En el final del canto VI parecía que entrábamos en el relato de la Venganza del Héroe. Una Búsqueda Implacable de sus hijos hasta dar con ellos, sin temor a lo que pueda suceder. El Canto VII desmiente eso. Nada de venganzas justicieras. Un baile, amigos, ginebra y la alegría repentina de verse rodeado de amigos, en circunstancias en las que Fierro se siente desesperado, lo inducen a alcoholizarse y a dejarse llevar por sus pasiones.

En primer lugar, provoca y mata a un moreno luego de burlarse de su compañera, sólo porque la tranca le ha dado por pelear:

Al ver llegar la morena

que no hacía caso de naides

le dije con la mamúa:

«va… ca… yendo gente al baile».

La negra entendió la cosa

y no tardó en contestarme

mirándome como a perro:

más vaca será su madre».

En el duelo con el moreno Fierro se cobra su segunda muerte.

Por fin en una topada

en el cuchillo lo alcé,

y como un saco de güesos

contra un cerco lo largué.

Tiró unas cuantas patadas

y ya cantó para el carnero-

Nunca me puedo olvidar

de la agonía de aquel negro.

Finalizada la pelea, Fierro huye y los presentes no son capaces ni de darle al moreno una sepultura digna.

El recuerdo de la agonía de este negro va a perseguir a Fierro el resto de sus días y nos va a permitir a nosotros, sus lectores, recordar, por si fuera necesario, que este gaucho continúa siendo, en el fondo, un buen hombre.

En términos formales, este canto trae una novedad y una audacia. La novedad es que Hernández abandona la estrofa octosilábica de seis versos (la sextilla), característica del poema, para adoptar una estrofa de cuatro versos octosilábicos. Gracias a este cambio, Hernández dará a todo el desarrollo de la secuencia un vértigo mayor. Por otra parte, la audacia es que el autor incorpora en este canto otro canto, dentro de lo que es el canto del propio gaucho. Es decir, Hernández incorpora esa coplita fregona con que Fierro provoca al moreno en el baile:

«A los blancos hizo Dios,

»a los mulatos San Pedro,

»a los negros hizo el diablo

»para tizón del infierno».

De esta manera Hernández hace coincidir en su poema dos tiempos históricos distintos. El tiempo histórico en el que ocurre la pelea en el que Fierro canta su coplita fregona y, por otro lado, el tiempo histórico en que Fierro relata a nosotros, su audiencia, aquel episodio.

El entrevero entre Martín Fierro y el moreno según la mirada de Mario Zavattaro.

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Una voluntad servida por una inteligencia

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