El desorden digital –Guía para historiadores y humanistas, de Anaclet Pons

Gonzalo Darrigrand
4 min readFeb 11, 2020

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El desorden digital –Guía para historiadores y humanistas, de Anaclet Pons es interesante por varias razones, por un lado, porque desarrolla la historia contemporánea del crecimiento de la informática y su impacto en las actividades intelectuales de los historiadores y, por otro lado, porque relativiza esta historia al ubicarla en una temporalidad de mediano y largo plazo en que tuvieron lugar otras revoluciones como la aparición de la escritura, la creación de la imprenta y la profesionalización del campo intelectual ligado a los intereses de los Estados Modernos y sus instituciones, fundamentalmente, ligado al crecimiento de las universidades, academias y bibliotecas.

Para el autor, hace no más de tres décadas, se produjo un fenómeno singular producto de la digitalización de la vida en general y del trabajo intelectual en particular, un cambio epistémico en los modos de conocer y difundir el conocimiento. La clave está en los cambios impulsados por la capacidad de compartir grandes volúmenes de información a alta velocidad. La clave son los bits y la consecuente digitalización del universo. Esta historia comienza con Shanon (matemática de la información, volúmenes y velocidad sin contenido), continúa con internet y se desarrolla con la web en la década del ’90.

En la era digital, cambian rotundamente las ideas sobre autor, autoría, lectura, escritura, publicación y circulación de la información, y se transforma, también, la metodología del trabajo intelectual en las ciencias humanas en general y en la historia como disciplina en particular. De acuerdo con el autor, la producción digital colaborativa es el emblema de nuestra época y se resume en ella los miedos y esperanzas de las relaciones de producción y difusión del conocimiento en nuestro tiempo.

Wikipedia, la enciclopedia abierta, es un estándar de referencia. El autor realiza un análisis muy completo de esta obra y comenta que se la debe en-tender como un producto de nuestra era digital, no sólo por el soporte tecnológico en el que abreva sino por la episteme que organiza su producción. La Wikipedia es una obra pública, abierta, libre, colaborativa y grupal. Aunque muchos no lo sepamos, Wikipedia posee reglas que facilitan y organizan las publicaciones, entre ellas se nombran la prohibición de publicar artículos originales, la referencia a otras obras como medio de valoración y el carácter abierto al escrutinio general de cada una de las entradas, de este modo, el autor cita permanentemente un slogan: “Wikipedia no es una fuente primaria”. La Wikipedia demanda un conocimiento ajeno al saber experto, aunque no lo descarta ni desestima, propone nuevos criterios de verdad para valorar sus artículos y enfrenta, como toda enciclopedia, el desafío de validar un saber, que en este caso se realiza por consenso público. Un dato interesante a tener en cuenta es que Wikipedia es una enciclopedia fiable en cuanto a números y datos se trate, las discusiones se originan, como en todo trabajo intelectual público, al momento de interpretar y organizar esos datos.

Otro campo de interés para el autor, se centra en establecer el estatus epistemológico de los archivos, los documentos y el consecuente trabajo profesional de los historiadores. Resume cuál fue la concepción para que desde el siglo XVIII se crearan los archivos nacionales junto a los museos, y el papel destacado que, en la escritura de la historia, y en su profesionalización como tarea académica, jugaron los documentos. Es la historia de Leopold Von Ranke, Charles Langlois y Francois Seignobos. Ahora, sin embargo, la deriva de la investigación histórica y humanística se encuentra reconfigurada con la irrupción de los documentos digitales. El documento, que durante años fue sinónimo de identidad, perduración y fiabilidad, hoy se asocia a la reescritura, a las múltiples versiones, a lo inestable, a la fuente de errores.

El tratamiento de la escritura en la era digital, el camino al hipertexto y las posibles combinaciones entre texto, imágenes, sonidos y, sobre todo, las posibilidades que abren los enlaces, son también motivo de análisis. Ya hay obras de historia escritas con estas tecnologías, mientras otras apuntan a una combinación de escritura, la escritura lineal e hipertextual.

Para el autor, siempre leímos de manera superficial y salteada, por eso se crearon los florilegios, los resúmenes, compilaciones e incluso las enciclopedias. Desde los siglos XVII y XVIII ya hay autores que se quejan de los lectores cómodos que sólo buscan un dato en una obra y también se quejan de la inutilidad de leer todo un libro para disfrutar, tal vez, uno o dos momentos de la obra. Las relaciones que las sociedades establecieron con la lectura y la escritura, siempre fueron móviles y complejas. Además, a lo largo de la historia humana, estas actividades no siempre fueron bienvenidas, son actividades posteriores a la oralización y en un tiempo significaron la posibilidad de embrutecer la memoria.

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Written by Gonzalo Darrigrand

Una voluntad servida por una inteligencia

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