Cuarentena (62)
20 de mayo 2020 (miércoles)
Cuarentena, día 62. Miércoles de Bunge. Otro día gris, uno de esos días en que agradezco no viajar. Tendría que entregar la planificación, pero primero tendría que escribirla y antes pensar qué voy a escribir. Pero ese es el camino, pensar, reunir materiales, escribir y entregar. Después me sirve para los acompañamientos del CIIE.
En la cama leo un rato Lacan y me levanto 08.30 hs. para bañarme, prender la máquina, preparar unos mates y hacer los mandados. Voy hasta la verdulería y a la carnicería. Traigo lo de siempre.
Almorzamos y dormí la siesta profundamente. Me acosté y sentía frío. Puse una frazada doble y me dormí.
Me levanté para escribir la planificación de 4º año para Bunge. En eso se me fue la tarde, sólo interrumpida para ir hasta el chino y comprar algunas cositas. Hacía mucho tiempo que no reescribía una planificación. En general tomé como referencia la planificación del año pasado, agregué una presentación y acomodé el resto de los componentes al contexto de pandemia. Mañana voy a utilizar esta planificación como modelo para la de 5º año.
Cenamos sopa de verduras y no miramos nada en la tele porque Carolina está estudiando. Aprovecho para leer Lacan. Llevaré un cuarto leído. Para comprender el pensamiento lacaniano hay que contextualizarlo en el desarrollo de la filosofía francesa de la primera mitad del siglo XX, entre las lecturas que Kojeve y Heidegger realizan de la Fenomenología del espíritu de Hegel. En general comprendo todo lo que explica Roudinesco, no sé si sería capaz de explicarlo yo. Lo que realiza Lacan es una reinterpretación del canon freudiano a través de la dialéctica hegeliana, es una lectura cercana a la que realiza Melanie Klein al considerar los orígenes del yo. Así como Freud encontró al niño reprimido en el adulto, Klein y Lacan hallaron al lactante reprimido en el niño. Una idea que tomé es la siguiente: el sujeto no se adapta a la realidad, sino que adapta la realidad al sujeto.