Cuarentena (34)

Gonzalo Darrigrand
3 min readJul 28, 2020

--

22 de abril 2020 (miércoles)

Cuarentena, día 34. La rutina es levantarme a media mañana, bañarme e ir a hacer los mandados. A la noche voy a cocinar sopa, sólo me faltan los calditos.

Vuelvo y preparo mates. Escribo la entrada de ayer y algunos apuntes sobre La novela luminosa. Veo que llegan varios mensajes del Instituto. Están organizando las mesas de examen. Son tres alumnas de tercer año, para el lunes 04 de mayo a las 14.00 hs.

Preparar el almuerzo y es una de las ceremonias más lindas del día. Mientras almorzamos, en Volver miramos El cabo tijereta. Es una película del año 1972, con Cacho Castaña como coprotagonista. Pienso que estas películas se filmaban como excusa para publicitar a los cantantes o a un género musical, sino no entiendo por qué en cada una de ellas hay un número musical. El director de la película aún está vivo, tiene 95 años y es Jorge Mobaied. La trama transcurre en un pueblo de provincia al que llegan una joven con su madre a ocupar una casa heredada y de la que se comenta en el pueblo que “está embrujada”. En realidad, lo que sucede es que hay un par de estafadores (Ricardo Bauleo y otro actor que hace de “comisionista”) que utilizan la casa para ocultar cosas robadas. Castaña tiene un rol lateral pero importante, es un cantante pintón, que enamora a la joven muchacha que acompaña a su madre en el pueblo y que ayuda al cabo “tijereta”, en el momento de resolver el misterio. Hay dos instituciones que atraviesan la película, una es la Iglesia, encarnada en un cura gordo y bonachón, al servicio de la comunidad; y la otra institución es la policía, de la que forma parte “tijereta”, un policía capaz de corrupciones menores, atolondrado, pero que en el fondo es respetado por el pueblo- “Tijereta” trabaja al servicio de un comisario ya viejo y lleno de buenas intenciones. En estas películas que miramos en cuatro o cinco días, la clave es la inverosimilitud. El lugar común entre ellas son los números musicales.

Almorzamos y me acuesto un rato. En la cama leo un rato La novela luminosa, es una novela que hace compañía. Desearía poder escribir así, al fin y al cabo, lo que leo es un diario.

Me levanto y voy hasta lo del Negro. Charlamos un rato y compro calditos para la sopa, Oreos para Juani y un alfajor para el café de la noche. Después me voy hasta la chacra. En el camino escucho algo de música, es el único lugar en el que escucho música… llego y preparo unos mates. Ya estamos en pleno otoño, anochece temprano y después de las 18.00 hs. ya está fresco. Tomo unos mates con Carolina y me vengo. En el camino, de vuelta música.

Acá en casa leo algunos artículos para armar el speech del video que tengo que grabar para el CIIE.

Me puse a cocinar con La novela…, que si bien es una novela larga, la voy a terminar. Preparo una sopa de verduras con zapallo calabaza como base y choclo como aditamento, y una milanesa con papas al horno para Juani.

Cenamos y miramos tele. La sopa salió muy sabrosa, el zapallo calabaza es un acierto y es el momento del choclo que ahora están dulces y blandos. Miramos algo de tele y nos preparamos para un nuevo capítulo de Better… y uno o, tal vez, dos capítulos de Mad Men con una taza de café.

Mañana tengo la primera clase del Módulo 1 de la Diplomatura.

--

--

Gonzalo Darrigrand
Gonzalo Darrigrand

Written by Gonzalo Darrigrand

Una voluntad servida por una inteligencia

No responses yet